domingo, 16 de mayo de 2010

Las mil y una noches en Sachsenhausen

La vida no es más que ganarle tiempo a la muerte –lugar común–. De Sherezada a la Operación Krüger*. Un día más, sólo se pide eso. Un día más.

Aquí está el campo. Aquí está la desolada evidencia del campo de concentración. Y de batalla. Y de falsificación.

Milagro. Milagro de mil y una noches que Mejía entrega con estas fotografías. Se le abona el mérito de componer con el respeto y la desnudez que hacen falta para que quede constancia de la ordalía pasada y de que la vida consiste exactamente en eso: en ganarle tiempo a la muerte –confirmación fotográfica–.


Sachsenhausen - Entrada de prisioneros


Sachsenhausen- Barrera de cable de púas


Sachsenhausen- Barrera de cable de púas


Sachsenhausen- Barracón


Sachsenhausen- Barracón: Zona de aseo


Sachsenhausen- Barracón


Sachsenhausen - Celda de cárcel

* En 1939 el victorioso Reinhard Heydrich, a la sazón el segundo al mando de la SS, le propuso Himmler financiar parte de las operaciones del ejército nazi y de la Gestapo con la falsificación de libras esterlinas. El plan tenía otra ventaja: causaría una inflación tal en Inglaterra que la economía de la isla se vendría abajo. Con la anuencia del Comandante en Jefe, se reclutaron a los mejores grabadores, impresores y caligrafistas judíos, que ya esperaban la muerte en los campos de exterminio sembrados por todo el Reich. Cerca de 140 de ellos fueron trasladados cerca de Berlín, al campo de concentración de Sachsenhausen (“El trabajo os hará libres”, dice todavía en la reja de entrada). Con la maestría del que sabe que el más leve error significa una definitiva ducha con gas o un tiro de gracia en el cerebelo, estos banqueros zarrapastrosos lograron producir más de 400 mil libras esterlinas al mes, durante más de cuatro años. En 1945 fueron liberados por el ejército soviético.

ESTEBAN GIRALDO

FOTOS: JUAN FERNANDO MEJIA http://piedraenelojo.blogspot.com/

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