El ambiente era el preciso, una noche de sábado en el Saldarriaga v.i.p. Sábado previo al comienzo de la Semana Santa. El cartel de la noche anunciaba a dos bandas pero, para sorpresa de los asistentes, terminaron siendo tres. Comenzaré en orden de aparición.
Pantano
Pantano es una joven banda de “pun medallo” (sin la “k”, por referencia a un género musical bastante conocido localmente, gracias a la película Rodrigo D., del director antioqueño Víctor Gaviria). Esta definición la dan ellos mismos al hablar de su sonido o propuesta musical. Pantano propone involucrar al público en sus conciertos basándose en dos cosas: la imagen y las letras de sus canciones. Al hablar de la imagen me refiero a ponerse a ellos mismos como una obra de arte a disposición de un usuario o espectador, su show es un performance artístico donde el humor, la parodia y el constante discurso “político” logra momentos entretenidos y divertidos.
Los Sorners
Para muchos esta banda no debe ser presentada, su música y fuerza en vivo hablan por sí mismas. Su propuesta musical la inscriben en el género punk y algunos se atreven a darle más tipologías y referentes; no digo que no los tenga pero este no creo sea el caso a tratar. Comandados por “Mala Leche”, vocalista de la agrupación, Los sorners no dejaron a nadie sentado, su fuerza impulsada por claros riffs de guitarra era sometida a un vaivén bailable que se apoya en un groove armado entre la batería y el bajo, una batería que obviaba el clásico hi hat y se arriesgaba a tocar el ride o “campanero”, como lo llamarían algunos de mis amigos metaleros. Su presentación fue sencillamente contundente. Para escuchar algo de ellos visiten.
Bazuca
El plato fuerte de la noche fue una banda que ya había tenido sus incursiones a nivel local y, luego de un cambio en su formación instrumental, retoma fuertemente el hacer musical. Bazuca tiene claros referentes inscritos en el rock de los años 90, pero esto no le impide re-configurar la tan utilizada estructura de una canción rockera. Sus experimentos, que para muchos no son notorios (y no deben serlo), se ven agradecidos por el constante movimiento de su público que, apoyado en la fuerza dada por su vocalista (alias "Calavera"), vive con ellos los momentos más álgidos de la presentación. Me parece muy válido anotar que es difícil que una banda de rock en formato trío: bajo, guitarra y batería, logre puntos de equilibrio y sobre todo que no suene como llaman por ahí “vacía”. Para escuchar algo de ellos visiten.
En conclusión: buena noche de rock en la Villa del Señor. Saludos.
JOSÉ GALLARDO A.
FOTO POR JUAN MANUEL RESTREPO http://www.flickr.com/photos/tatoaparato/
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