domingo, 21 de marzo de 2010

El pergamino del año 3150


Era todo un caos; digamos sentimental, de no saber qué era lo que estaba pasando. Los corazones de cuatro individuos latían rápidamente, lo que creaba diferentes reacciones en todos ellos. Había uno que estaba totalmente paralizado; dos se habían fugado del corazón de la oscuridad -de aquí en adelante nos referimos a él como corazón-, causa original de estas alteraciones psicosomáticas y la observaban atacando a una original tranquilidad… pero había uno, el que estaba más lejos del corazón que gritaba: “¡Hagan algo! ¡se la va a comer! El pobre del que hablo se refería a su camarada sentimental que estaba a punto de ser devorada por el corazón; se encontraba a una distancia equivalente a un metro para los individuos de un metro. Sí tenía razón para estar asustado.

El gritón no paraba de gritar, los dos no dejaban de mirar y la paralizada no dejaba de no moverse y reinaba el terror. Fue un cambio como el que vemos en los juegos de Silent Hill y la muy buena adaptación de éstos al (carrizo – italic) séptimo arte. Cuando el más escandaloso deba a su amiguita por muerta, llegó el día y todo volvió a la normalidad para ellos. El corazón se había desfragmentado y fue chupado como con una aspiradora desde el cielo. Esta pequeña comunidad ya podía convivir en tranquilidad hasta que alguna demente quiera volver a revivir al corazón. Podría referirse al mismo sentido que queremos expresar nosotros con “poder comer y cagar tranquilos”.

Cuando terminó todo este incidente le dije a mi amigo “si pillas esos pájaros como tienen de sucia esa jaula”. Inmediatamente después, él me hizo la seña internacional, que se hace con las manos cuando uno muestra deseo de jugar a los videojuegos, y me dijo “Allez, on joue a la Play, quoi? Y saqué mi naríz de la jaula de los animalitos y nos fuimos a jugar… Nico te golié, pero la historia del marcador será encontrada en un pergamino digital alrededor del 3150, luego de la conquista de la raza alienígena en la tierra… ellos lo verán y no van a entender ni forro. En otras palabras, parcero no te voy a avergonzar. Buena suerte.

JUAN MANUEL GIRALDO

No hay comentarios.:

Publicar un comentario