miércoles, 8 de julio de 2009

De Gabo y Cimrman

“La solitaria e incansable tarea de biografiar a Gabriel García Márquez” fue el título de un reportaje publicado por la AFP, en el cual se relatan algunos pormenores de la biografía hecha y por hacer del único biógrafo “tolerado” por el escritor. Se dice que cuenta con más de 500 páginas pero que además, el incansable Gerald Martin, tiene en su haber la no tan modesta suma de dos mil más, lo que me imagino hace feliz al biógrafo y le permite titular dicha obra con el ambicioso nombre de “Gabriel García Márquez, a life”. Ya lo dijo Cortázar en boca de uno de sus personajes: “…nadie sabe nada de nadie, y no es una novedad. Toda biografía da eso por supuesto y sigue adelante, qué diablos”. Es por eso que la tarea del Biógrafo me parece un tanto abrumadora; verter e invertir una vida en otra, y aún lo es más cuando a esa vida todavía la llenan los días, seguir cada paso con dos o tres cuartillas, desgastarse como el que trapea detrás de los zapatos enlodados del que no quiere dejar de caminar. Pero bueno, cada cual su oficio, que tal que no.

Producir, más que reproducir (si de esto se trata, en parte, el hecho de biografiar), me parecería una tarea más grata, o crear más que recrear si así se quiere. De esta forma nació en Viena Jára Cimrman (o según como se mire podría haber sido en República Checa), un personaje que se pasea silbando entre la realidad y la ficción, que hace de la frontera entre ambos mundos un cerco burlado, un alambrado caído. Creado por dos artistas con nombre de cortar-pegar para un teclado en español, Jiří Šebánek y Zdeněk Svěrák, con un poco de difusión se logró incorporar, a fuerza de inventos, viajes, poemas, teorías y hazañas, en la historia del mundo. En 1996 fue descubierto un asteroide que ahora lleva su nombre, al igual que uno de los teatros más visitados en Praga donde además se explora su misteriosa obra. Estos y otros detalles dan cuenta de su innegable existencia.

La biografía que es incapaz de abarcar la realidad y la creación artística que quizás escapa de la mera ficción. Tal vez haya que aceptar, en algún tiempo o en algún lugar, que esta dicotomía cede inevitablemente.

CAMILO GIRALDO.

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