domingo, 10 de abril de 2011

Sobre todo


El cuerpo ya no se mecía. La soga casi no soportaba el peso muerto. El rigor mortis se había convertido hace días en paisaje, fotografía.

La nota en el escritorio decía: “No se culpe a nadie. Sobre todo no se culpe a Juliana Jaramillo”.

Por supuesto, nadie conocía a Juliana Jaramillo, pero por lo menos había que buscarla.

ESTEBAN GIRALDO.

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