sábado, 18 de diciembre de 2010

335 (II)

Véase antes -y si se quiere- la primera entrada al respecto. Click aquí.


-Con este van trescientos treinta y pico.

-Treinta y cinco.

-Eso. Trescientos treinta y cinco.

-¿Y con este qué pasó, por qué se fue?

-Por nada, porque sí: porque estaba vivo. Y no se fue: “lo fueron”. Y porque además y de todas formas se iba a morir, como usted y como yo.

-Eh… pero es que cada vez se mueren más jovencitos. Antes duraban más.

-Ni tanto, dos meses más yéndoles muy bien.

-¿Y ahora?

-Ya le dije: rapidito, desde octubre, los despachamos. Suerte que te vi…

-Como quien dice breve.

-Sin dolor.

-Ah…

-¿Qué? Eso no es tanto: vamos al río y allá los tiramos. ¿No vio? Vaya y verá. Otro muñeco flotando sobre el río del tiempo…

-¿O sea que a este el río se lo va a llevar?

-Ya se lo llevó: hace dos meses que este año se acabó.

-¿Por eso la fiesta?

-Sí: entre menos dure la locura, mejor.


PABLO CUARTAS.

IMAGEN: JESÚS GUTIÉRREZ GÓMEZ.

1 comentario:

  1. Pablo, sí, como los cadáveres de los que habla Vallejo en el inicio de El desbarrancadero, los años son mierda y más mierda que el río Medellín se lleva hacia el mar. Ya por fin se acabó el 2010, que estaba moribundo desde octubre. Y nació el 2011, cuesta arriba.

    Además, ¿qué de especial tiene el cumpleaños 335 para darle tanto bombo como se le dio en Medellín el año pasado? ¿Algo que debíamos ocultar? ¿Muertos de verdad verdad, cadáveres?

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