Se celebra en Medellín la nosecuánta versión del Festival de Poesía. El Colombiano, que en todo hace honor a su nombre, titula tiernamente: “Medellín: la ciudad de los poetas vivos”. Habrá pues poemas como bendiciones papales: a diestra y siniestra en parques, universidades y cerros. Vendrán los nombres impronunciables de siempre a despertar ese gusto por el exotismo tan propio de ciudad pequeña. Se escucharán las consabidas traducciones simultáneas de un dialecto de Mauritania al casto castellano de Antioquia. Volverán las muchachas a decir, durante quince días, que les gustan los hombres interesantes.
Propongo deshacer el juego de palabras y devolver la metáfora a su formulación original: restablecer la sociedad de los poetas muertos. En lugar de hablar cándidamente de poesía luego de una maratón de declamaciones a treinta y cuatro grados sombra, propongo escuchar con atención un poema, escuchar uno solo honestamente, y cambiar el esnobismo de lo nuevo y lo lejano por la lucidez de lo viejo y lo cercano. Evocando a Saint-Amant, propongo no rehuir al brindis con los muertos:
Héteme al linde del otoño, logrado
plenamente, preludio del descenso.
La euforia aún conmigo: corazón desalado
y espíritu burlón e iluso al par:
Amo aún, sueño aún, divago, pienso...
No es oportuno todavía descansar.
Sino seguir pugnando, con humor e indolencia.
No es el crepúsculo, es apenas la media tarde:
no ha llegado el crepúsculo.
Medio día a la zaga —próximo y en vigencia—
caracol resonante, guarda el eco del mar.
Amo aún, sueño aún. Hay mente. Hay músculo.
No es oportuno todavía descansar.
Sino seguir pugnando, sino insistir, desaprensivo:
ni ambicioso ni claudicante... ¡Oxte, melancolía!
Desdeñoso ni acre: siempre alacre —y sarcástico y esquivo—,
seguir pugnando con el viento y la estulticia y el azar.
Amo aún. Sueño aún. Hay fervor y armonía.
No es oportuno todavía descansar.
Sino seguir pugnando, sino insistir, cáustico, sonriente
si cogitante, bufón befante —si filosofista—.
Ni pueril ni senil. Ni didascálico, monitorio ni incongruente.
Seguir pugnando escéptico ante el vacío especular.
Amo aún. Sueño aún. Nada me vence nicontrista
No es oportuno todavía descansar.
León de Greiff, 1949
PABLO CUARTAS.