Parece, en gran medida, que el hombre encuentra confraternidad en sus desgracias, su ruindad o su tristeza, y que en la alegría o en la gloria persigue el egoísmo y la prepotencia. Es escaso el vencedor que posterga su júbilo para levantar de la lona al rival, o quien prefiere el fair play ante la defensa incapaz y el portero vencido (Di Canio), en fin, mostrarse fraterno hacía quien se vence. La alegría tiene su punto humillante y vicia la humanidad de quien la goza.
CAMILO GIRALDO.
Cuánta razón tenés.
ResponderBorrarLindo sería también ver la alegría del vencido. Imaginate un boxeador noqueado infinitamente, aplaudiéndole a Pambelé porque, por fin, dejo de darle en la jeta.
Con Germán Espinosa habría que decir
"Y aquí estamos: oficinistas, mecanógrafas,
astrosos mendigos, barrenderos de calles mustias,
carteros, vendedores de frutas, estibadores infinitos,
poetas ignorados, artistas sin duende,
mozos de restaurantes, actores de reparto,
solteronas transidas de decoro,
disimulando el agujero en la suela, el cuello raído,
cubriendo con sobretodos grises la impresentable chaqueta,
con bufandas mohosas la desvaída corbata.
Sin nosotros, no seríais excepcionales, ¡oh triunfadores!
...
Porque somos la piedra angular de toda grandeza,
la sustancial tristeza en que puede el mundo fundar
su vindicativa alegría".
Felicitaciones. Este blog ha comenzado con una entrada magnífica.
http://www.flickr.com/photos/lejimmi/3965207342/
ResponderBorrarhey camilo, parce pillate me dio por hacer un fanzine, "leche y huevos" este es el titulo y este es tema, ahi te invito a que participes con textos cortos como este... ahi te dejo la invitacion con los datos...